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La relación recíproca de lectura y escritura

La instrucción de alfabetización temprana es un proceso complejo. No hay duda de que este proceso es una parte valiosa del aprendizaje de un estudiante y ayuda a crear una base sólida para el crecimiento futuro. Existen innumerables estrategias y métodos para ayudar a los niños a leer y escribir. Como tal, cada maestro abordará la instrucción de la alfabetización de manera diferente. Mucha gente cree que un estudiante debe aprender a leer primero y después aprender a escribir. Desde esta perspectiva, la lectura es un trampolín hacia la escritura. Esto supone que la alfabetización se desarrolla en una progresión muy lineal.

Una comprensión alternativa de ayudar a los niños a leer y escribir se basa en la comprensión de la lectura y la escritura como recíprocas. La perspectiva recíproca sostiene que aprender a leer y aprender a escribir son procesos que se complementan. Marie Clay ha defendido este concepto, produciendo investigaciones para respaldar los beneficios de identificar la lectura y la escritura como recíprocas. Los profesores que se suscriben a esta metodología enseñan a leer y escribir al mismo tiempo, eliminando cualquier límite que separe estas habilidades. Este camino hacia la instrucción de la alfabetización requiere un horario escolar fluido en lugar de uno que separe los cursos de lectura y escritura en línea en diferentes bloques durante el día escolar.

Una vez que haya realizado su investigación, puede presentar la información a su hijo de diversas formas. Podrías abordar la tarea como lo harías con el «tiempo de lectura» con tu hijo y leer de tus fuentes. Alternativamente, puede configurar un espacio de estudio en su casa donde pueda sentarse y aprender con sus hijos. Independientemente de cómo presente o comparta la información con sus hijos, es importante que les brinde la oportunidad de crear un poco por su cuenta.

Con base en este punto de vista, los niños pequeños recordarán el texto que hayan encontrado cuando comiencen a escribir. Asimismo, evalúan sus habilidades ortográficas mientras leen. Aquí tienes un ejemplo: imagina que un maestro le pide a un niño que deletree la palabra «hueso». Al sonarlo, escribe «bon». En este punto, el maestro agrega la «e» al final. El niño luego exclama: «¡Oh, sí! ¡Así es como recuerdo haberlo visto en el centro de ciencias!»

En resumen, ayudar a los niños a leer y escribir van de la mano. Por lo tanto, es valioso tratar la lectura y la escritura como habilidades complementarias, en lugar de separadas. Los instructores de alfabetización temprana ven grandes beneficios cuando emplean la instrucción recíproca. Para obtener más información sobre el trabajo de Clay sobre la relación recíproca de lectura y escritura, consulte esta referencia:

Clay, MM (1998). El poder de la escritura en la alfabetización temprana. En MM Clay, por diferentes caminos hacia resultados comunes (págs. 130-161). York, Maine: Stenhouse Publishers.

Para obtener más información sobre la instrucción de alfabetización temprana y el apoyo académico, comuníquese con el espacio de aprendizaje de Ruth Rumack 416.925.1225 o visite http://www.ruthrumack.com.

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